Alejandro Rembado Mendizabal

Soy un convencido de que la formación es la mayor riqueza que tiene un ser humano ya que le permite desarrollar sus sueños, aplicar y difundir sus principios, crecer, madurar y ayudar a mejorar la sociedad en la que vive. Como graduado de UADE puedo afirmar que esto es real y mi querida Universidad tiene mucho que ver. Soy graduado de la Lic. en Informática (aún no existía la Ingeniería) y también como Magister en Administración Estratégica (MBA). Ambos pasos por las aulas me dejaron una formación humana y técnica que me permitió desarrollar una carrera profesional en línea con lo que siempre quise. El complemento de las dos carreras ha sido fundamental ya que en el mundo laboral, si uno quiere crecer, debe ser sólido en su formación técnica (en mi caso logrado en informática) y en sus habilidades blandas y de gestión (en mi caso alcanzadas con el Magister). Yo ingresé al mercado laboral siendo aún estudiante y mi primera función fue la de soporte técnico informático, luego fui desarrollador, analista, auditor de sistemas, gerente y ahí di mi salto internacional. La formación y experiencia me permitió viajar a Madrid para desde la Corporación de Telefónica ocupar la Dirección de Auditoría de Sistemas para todo el Grupo Internacional. Tras 10 años regresé al país para llevar la Dirección Ejecutiva de Auditoría, Riesgos y Control Interno para Argentina y Uruguay. Asimismo, fui presidente de la Asociación de auditores y seguridad informática ISACA en Madrid, España, Líder de la red de IDEA en Argentina y actualmente Directivo del Instituto de Auditores Interno de Argentina. También he realizado diversas publicaciones profesionales. Regresé de visita a la Universidad luego de muchos años de graduado y vi el desarrollo actual de la misma y confieso que me llenó de orgullo comprobar la completa propuesta de carreras (muy enfocadas a las necesidades de hoy), la infraestructura de laboratorios, salas de ensayos, centros de excelencia, la moderna tecnología aplicada para la enseñanza, junto con la posibilidad de actividades culturales. Por todo esto, sé que no me equivoqué en 1985 cuando elegí esta casa de estudios. Sé que lo vivido allí fue columna vertebral de mi desarrollo y como tal, soy un Orgulloso Graduado de UADE.